En 1906 la empresa Eberhard Faber, filial en Venezuela, dio inicio a la importación, llegando así los primeros lápices "Mongol" al país que luego se fabricaron en Maracay (Aragua). Los lápices se diferencian con las letras H (Hard, duro), B (Black, negro), F (Fine, fino), el estándar es el HB.
Desde 1850 el lápiz lleva borrador en un extremo y son, en su mayoría, de color amarillo, tradición inspirada en la bandera Austrohúngara (1890), lugar de la fábrica L&C Hardmuth, que decía fabricar los mejores lápices del mundo, aunque los alemanes Faber Castell son de color verde.