El caballo blanco del Libertador, aparece en muchas pinturas y es el caballo del escudo nacional. |
La historia de Simón Bolívar y su Caballo Palomo está rodeada de curiosos hechos que escapan de las explicaciones básicas, adentrado inclusive en lo paranormal. El Libertador Simón Bolívar tuvo varios caballos, pero el más famoso fue Palomo, un ejemplar de color blanco, elegante, de gran estatura y una cola que le llegaba casi hasta el suelo.
La historia de Palomo y Simón Bolívar está llena de hechos reales que se confunden con anécdotas, mitos, leyendas y fábulas. Para noviembre de 1814, Simón Bolívar se dirige a Colombia para dar cuenta al congreso de lo ocurrido en Venezuela entre los años 1813 a 1814.
Montado sobre un caballo viejo y cansado llega a la población de Santa Rosa de Viterbo (hoy departamento de Boyacá, Colombia) y busca comprar un caballo para seguir su viaje. Bolívar trata de comprar o alquilar a un campesino de nombre Juan, una yegua tordilla de gran alzada, que este se niega a cualquier negociación, alegándole al Libertador, que el motivo de la no venta de esta yegua obedece al simple hecho de que su esposa Casilda había tenido un sueño en donde esa ejemplar, paría un potro blanco, el cual ella -Casilda- lo regalaría a un gran General triunfador de muchas batallas.
Bolívar asintió negativamente la respuesta del lugareño como una tonta y banal excusa que alejaba la posibilidad de la negociación, inclusive contrariado Bolívar, por la poca y falta colaboración del campesino y se alejó contrariado por la negativa de este. Bolívar se había enamorado de la yegua era parte de sus pretensiones tenerla para sus andanzas independentista.
El 25 de julio de 1819, cinco (5) años después del acontecimiento con la yegua, Simón Bolívar gana la Batalla de Pantano de Vargas en la Nueva Granada, ese mismo día Bolívar recibe como regalo un caballo blanco, de manos de un lugareño, los edecanes del Libertador lo alertan de que le querían ofrecer como regalo un caballo, a lo cual Bolívar sale al encuentro del portador de tan bello obsequio, pues bien, el campesino no era otro que Juan, el mismo que cinco años atrás no le quiso vender la yegua al Libertador, y le dice: “General aquí le manda mi esposa Casilda, este caballo blanco, hijo de la yegua que usted quiso comprar y que yo no le vendí, pues es usted el General victorioso que ella vio en su sueño”.
Bolívar, emocionado y perturbado a la vez, lo recibe y lo bautiza con el nombre de “Palomo” y da su primer paseo triunfal en el Pantano de Vargas. Palomo participa en la Batalla de Carabobo que da la libertad a Venezuela. El destino de Palomo fue incierto, se dijo que Simón Bolívar se lo regaló al general Andrés de Santa Cruz en Bolivia en el año 1826 y allí se pierde su rastro, pero conociendo al Libertador y su pasión por los animales, y su agradecimiento por todos los servicios dados en pro de sus logros en múltiple batallas, de hecho la historia que se refiere con mayor ahínco y fuerza, siendo es la refrendada por los habitantes del pueblo de Mulaló en Colombia, quienes aseguran que Palomo murió allí diez años después del fallecimiento del Libertador, pero como dato, más que curioso, espeluznante, el caballo falleció el 17 de diciembre de 1840, el mismo día y mes 10 años después, en que murió el más grande de los venezolanos
Esta versión concluye entonces, que Palomo se quedó ahí cuando Simón Bolívar venía desde Ecuador hacia Bogotá en el año 1829. En el lugar se encuentra una lápida en donde supuestamente está enterrado Palomo, también ahí se ubica el Museo de Mulaló, donde se exhiben unas antiguas herraduras que según son de Palomo. Palomo, fue el caballo blanco del Libertador Simón Bolívar que estuvo en mil batallas, al igual que en muchas pinturas y es el caballo del escudo nacional. (AD)
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